La emoción por disfrutar de una despedida que nadie olvidará, los recuerdos que se robaron Messi, los campeones del mundo en Qatar, los campeones del mundo con Boca, los ídolos que no se cansaban de levantar Copas Libertadores y el hincha que desde las tribunas armó una escenografía única; perdurarán en cada retina para toda la vida. Sin embargo, la actualidad te obliga a dar vuelta la página.

Y esa actualidad no es la mejor de todas. Almirón y su plantel, simultáneamente deben comenzar a ponerse de pie después de haber protagonizado el peor partido del ciclo. Un resultado y una imaginen que en cualquier otro contexto nos empujaría a hablar de derrota saca técnico. La diferencia a favor de Almirón es la realidad paralela en la Copa Libertadores.

Boca ya está clasificado a los Octavos de Final y este jueves debe cambiar obligatoriamente la imagen de local ante Monagas para sellar el primer lugar del grupo. Algo debe cambiar porque después de haber caído frente a Godoy Cruz, algo cambió. Y el punto de inflexión se dio de madrugada.

El pasado viernes de madrugada Boca aterrizó en Buenos Aires procedente de Mendoza y en silencio. La gran mayoría tenía los autos en el Predio de Ezeiza y cuando llegaron a destino se encontraron con una sorpresa. Eran casi las 4 de la mañana y la presencia de Riquelme inesperadamente los recibió.

Román estuvo todo el jueves en el Predio como acostumbra habitualmente, vio el partido en su oficina mientras ultimaba detalles de lo que sería su partido despedida. El resultado, le modificó el humor y en lugar de irse a descansar a su casa, decidió esperar al plantel y cuerpo técnico en Boca Predio.

Para sorpresa de Almirón y sus dirigidos, Román se apareció y pidió explicaciones. Exigió que los más experimentados den la cara para sacar esto adelante y le brindo todo el respaldo al entrenador para que ejecute las decisiones que crea necesarias por el bien del equipo.

Es cierto que Almirón tuvo y tiene que lidiar con una cantidad inaudita de lesiones, pero también es cierto que se puede perder ofreciendo otra imagen futbolística. Y esto fue lo que más preocupa y preocupó puertas adentro. En un par de días llegará el momento de dar respuestas en el campo de juego.

En la despedida de Román, el hincha exigió y gritó "quiero la Libertadores" y en la competencia continental deberán aparecer las respuestas a todas las preguntas que se escucharon durante la madrugada del último viernes.