Ibarra está bien y con entereza para continuar con su actividad dirigiendo el primer equipo del club, en el que brilló como jugador profesional. Sin dudas que la salud es lo más importante y eso debe estar siempre por delante de cualquier situación laboral por lo que debe cuidarse para que nada grave le suceda. Ahora bien, su lugar en el mundo del fútbol argentino y sudamericano es uno de los más importantes y es por eso que llevar el día a día no es para nada sencillo.

Está siempre en el ojo de la tormenta. Si el equipo juega bien ¿por qué? Y si lo hace mal también aparece el ¿por qué? En ese caso es de otra manera porque opina todo el mundo sobre sus decisiones. Hasta en la revista Billiken se habla de lo que hace. Por esto y muchas más presiones ¡qué difícil es ser el técnico de Boca!

Desde el miércoles en adelante, el DT hizo variantes y ensayó mucho para armar el once, que aún no está confirmado. Usó diferentes esquemas tácticos y cambió a algunos titulares. Para el partido del domingo, todo indica, que salen Advíncula, Varela y Óscar Romero. En sus lugares entran Weigandt, Equi Fernández y Payero respectivamente. El 4-3-3 continuaría.

Con estos cambios lo que busca el entrenador es que los titulares reaccionen y mejoren sus rendimientos para los próximos juegos porque venían por debajo de lo que pueden dar en el campo de juego. La búsqueda es la de mejorar el rendimiento individual como colectivo y aunque hace 10 días hablábamos de otra realidad deportiva, las decisiones para el próximo encuentro las toma con la convicción de lograr un mejor funcionamiento.