La era de Carlos Bianchia trasciende más que varios títulos y glorias para los jugadores que estuvieron baja sus órdenes. Sin dudas fueron enseñanzas, aprendizajes y un respaldo de un técnico que es el Virrey de América. Muchos futbolistas a partir de ello, dieron su salto de calidad o sus primeros pasos, como Federico Bravo.

El juvenil se desarrolló en las inferiores Xeneizes. Fue promovido a entrenarse con la primera división, por un pedido del mismísimo Carlos Bianchi. Debutó en un amistoso de verano, ante Independiente. Se paró con personalidad en la mitad de la cancha y dejó una primera impresión positiva. Unos días después, también sumó minutos ante River, en el encuentro que se definió por penales a favor de Boca.

Tres meses después, llegó el momento de disputar por primera vez un partido oficial: Bianchi lo dispuso como titular, justamente, ante el mismo rival que sumó su primera experiencia con la primera, Independiente. El joven de 20 años, en aquel momento, jugó los 90 minutos, en la igualdad por 1 a 1.

Bravo también fue parte del equipo que venció al Corinthians en los octavos de final la Libertadores del 2013, siendo relevo tanto en el partido de ida como de vuelta. Sin dudas, un juvenil con varios minutos, merecidamente ganados. Para el 2014, se insertó casi como un titular del campeonato local, pero no logró aprovechar la oportunidad de ser el cinco de Boca. Durante el torneo fue perdiendo lugar y en 2015, sumó un puñado de partidos.

Para 2016, desde los pasillos de Brandsen tomaron la decisión de transferirlo: se fue a préstamo por un año, con una opción de compra a New York City, dónde fue compañero de Andrea Pirlo y David Villa. Y así, empezó una exótica carrera: Luego de la experiencia en la MLS, se fue a Grecia, al Panetolikos. Regresó al país, tras ser incorporado por Patronato; luego pasó por Atlético Tucumán y volvió a armar sus valijas, para partir rumbo a FC Riga de Litonia.

Un llamado de Sarmiento de Junín lo retornó al fútbol argentino, dónde firmó hasta diciembre del 2021, pero solo disputó cinco partidos. Nuevamente emprendió un nuevo rumbo, pero esta vez se quedó en sudamerica: arregló su contrato con Club Deportes Antofagasta, de Chile, dónde el último fin de semana fue titular, pero por doble amarilla se fue a las duchas temprano.

En total en su paso Xeneize, entre amistosos y partidos oficiales, lució la camiseta en 49 oportunidades. No marcó ningún gol. Ganó 22 partidos, empató 15 y perdió 12.