Pocas veces me tocó ver con tanta anticipación un partido tan parecido al de Argentina - Brasil, en Italia 90. ¿Se acuerdan en aquel partido los cariocas nos pegaron un baile tremendo? Pero la magia de Diego y Caniggia nos dieron la fiesta. Ayer no hubo magia, pero el resto fue todo similar. Y volvimos a festejar, a disfrutar y estamos nuevamente en una final. ¡Así es Boca!

Podes sufrir, podes comerte todas las uñas, arrancarte los pelos, pero cuando hay que poner y aparecer, Boca aparece. Es cierto que jugando como en Lanús va a perder más de lo q va a ganar, pero también es cierto que jugando como contra defensa va a ganar muchos. Entonces solo resta saber cuál es el Boca que va a jugar con Tigre, si el del martes o el del sábado.

Lo único que les pido no escuchar a los celosos que se retuercen de la bronca preguntándose cómo se llegó a una final sin patear al arco o jugando así. Son los mismos hipócritas que se abrazaban y festejaban en aquella hazaña de Italia 90. Ahí era todo válido y acá se le llena el trasero de interrogantes.

Son plateítas de primera y el domingo estarán frente a la tele o escuchando la radio para alentar, seguramente, al equipo que hace unos días le pego un baile tremendo. O los que perdieron por penales ayer o los que están renegando para que no vuelva el descenso, porque sino no habrá cuervos o diablos tranquilos. Todos volverán a mirar desde afuera.

Boca es finalista, tendrá de rival a Tigre y a los millones de moralistas del futbol que se abrazaban hasta morir con el gol de Cani, pero con Boca siempre buscaran la quinta pata del gato.

¡Vamos Boca! Primero, el compromiso por la Copa el martes en nuestra casa, la bombonera. Después, a juga otra final. A jugarla como contra Defensa. A jugarla como la juega Boca y la hermosa historia que tenemos lo demuestra. ¡Viva Boca, viva Diego, viva caniggia! y guarda que la envidia enferma.