Hace cuatro años, las elecciones que convirtieron al actual oficialismo en Gobierno batieron un récord histórico en Boca y en el fútbol local. 38.363 socios se acercaron a votar generando el movimiento más grandes de votantes que alguna vez haya movilizado un club argentino.

En aquella oportunidad, 20.071 votos fueron para Ameal convirtiéndolo en ganador con el 53%. Mientras que Gribaudo sumaba 11.573 y se ubicaba en el segundo lugar con el 30% y Beraldi con 6201 votos quedaba en el tercer lugar con el 16%.

De haberse votado el domingo 3 de diciembre como estaba estipulado desde un principio, el oficialismo aterrizaba con varios puntos negativos a la elección. Había perdido la final de la Libertadores, Almirón se iba por la puerta de atrás y como si fuera poco el equipo con Herrón como interino no lograba la clasificación a la Libertadores del próximo año y debía conformarse con la Copa Sudamericana.

Sin embargo, la oposición llevó la elección a la justicia. Mientras los tiempos se definían en Tribunales, la campaña se volvió cada vez más política, personal y encarnizada. Alcanzó niveles insospechados para una elección de un club de fútbol. Sí ya era considerada la elección más importante en la historia de Boca, después de tanta artillería desplegada, se terminaba de confirmar.

El máximo ídolo frente al Presidente más ganador. Dos modelos opuestos de conducción se pelean por guiar la vida de Boca hasta 2027. Si alguna de las 2 fórmulas ganó o perdió algo después de tanta demora y manoseo, lo sabremos recién el próximo domingo por la noche. Como así también conoceremos si tanta demora acrecienta o disminuye el número de votantes que dirán presente en el estadio.

El socio elegirá nuevo Presidente y nuevo Entrenador. La fórmula Ibarra - Macri le dará la oportunidad a Martín Palermo, mientras que Riquelme - Ameal anunciarán a Diego Martínez. Al mismo tiempo, el oficialismo en caso de ganar le ofrecerán a Carlos Bianchi un cargo honorífico o hasta testimonial. Soy de los que piensa que el socio definirá la elección entre Riquelme y Macri sin importar a quién anuncien como sus técnicos.

Desde su época como jugador, Riquelme le marcó a Macri, con su carácter y personalidad, cuáles eran sus prioridades y sus diferencias. En medio de esas disputas, nació el Topo Gigio. Uno desde el campo de juego y el otro desde el palco presidencial. Aquel domingo 8 de Abril de 2001 se hicieron públicas las diferencias entre Riquelme y Macri. Hoy siguen vigentes, pero la disputa se da en otro escenario y cada uno de ellos defendiendo roles distintos.

El tiempo dirá si este domingo 17 de diciembre se escribirá un nuevo capítulo o se escribirá el capítulo final entre dos personas que con diferentes elementos y atributos se autoperciben poderosas en la historia de Boca. Estamos en la antesala de la elección más importante de Boca. A votar se ha dicho.