Dicen que las comparaciones son odiosas, pero que las hay, las hay. Si. Mezclando dos dichos populares podemos arrancar este relato que tiene como objetivo, la descripción del momento que vive el Boca de Sebastián Battaglia, a tan solo 5 días del partido de vuelta de la Copa Libertadores.

Si había una cualidad que tenía el Boca de Carlos Bianchi, multicampeón de todo, era esa mística ganadora a la hora de jugar partidos determinantes. Justamente, esos futbolistas que se criaron en esa "burbuja" son los integrantes del Consejo de fútbol. Riquelme, Bermúdez, Cascini, Delgado y Serna. Todos ellos son los que, de a poco, intentan bajarle al plantel éste pensamiento ganador a la hora de enfrentar partidos decisivos.

De a poco el Boca de Battaglia, que también mamó este pensamiento ganador desde la cuna, va entendiendo la manera de jugar estos partidos.

Desde la llegada del consejo, ésta es la tercera Libertadores que disputa el club. En la primera, eliminado en Semis vs Santos con Miguel Russo en el banco de suplentes. En 2021 fue el escándalo post derrota vs Atlético Mineiro. Boca le ganó los dos partidos, pero el VAR entendió otra cosa.

En este 2022 el equipo mostró destellos de esa mística en la fase de grupos, sin jugar lindo pero siendo inteligente y sacando puntos de visitante. En lo que fue el choque de ida de octavos, consiguió un 0-0 en su viaje a Brasil al enfrentar a Corinthians. Ahí se vió un Boca bien plantado, con un juego inteligente y por momentos siendo protagonista.

En busca de esa mística, se viene la vuelta de los octavos. Riquelme y el CDF saben como se juegan esta clase de partidos. El DT también. De a poco, el grupo va adoptando una manera de pensar que puede llevar a Boca otra vez a esos lugares de gloria.