¿Por qué? Porque Boca se trazó un objetivo bien claro a principio de año que fue la disputa de la Copa Libertadores, la tan ansiada séptima. Para eso había que transcurrir un camino de partidos, clasificatorios, después eliminatorios, mezclado con la participación en la liga local, mezclado con la participación en la Copa Argentina, con jugadores que se lesionan, con jugadores que son llamados por sus selecciones, con jugadores que son vendidos como Varela y que de repente no son reemplazados.

En fin, pero si uno encara una planificación anual diciendo que el objetivo es esa Copa esencialmente, y hacer por supuesto porque sos Boca, y porque tu historia te lo demanda, hacer un buen año futbolístico, seguramente uno diría que estamos satisfechos porque Boca llega paradójicamente y después de muchos baches y después de muchos cuestionamientos y después de muchas cosas que aún no le hacían dudar, llega a la definición de la Copa Libertadores el 4 de noviembre, creo que con una flecha ascendente en relación a su rendimiento.

Pero no solamente eso, sino también psicológicamente, la cabeza de los jugadores, la cabeza del cuerpo técnico, inclusive el ánimo de los hinchas, todo se dio de una manera que si vos lo planificabas seguramente no te hubiese salido tan bien, pero se dio, porque Boca llega a la Copa Libertadores, en la cresta de la ola, con un crecimiento realmente importante. ¿En qué base busca futbolísticamente ese crecimiento? En que Almirón encontró un equipo, lo que le reclamábamos a Almirón siempre, un equipo titular, una base titular, claro que esa base puede tener altibajos porque se lesiona o te expulsan un jugador y lo tenés que reemplazar, pero que el reemplazo no haga sentir la ausencia del reemplazado.

Y ese es el caso del chico Valentini que seguramente lo va a suplir o suplantar a Rojo de la mejor manera. ¿Y en qué base entonces decía Boca ese crecimiento en haber encontrado equipo titular y en haber encontrado una estructura fundamentalmente con un medio campo sólido? El medio campo de Boca hoy en día es el corazón del equipo, si late ese medio campo late el resto del equipo, porque Pol Fernández volvió a ser Pol Fernández, porque Equi Fernández creció de una manera abrumadora, porque Medina viene teniendo un rendimiento, un nivel bueno durante todo el año y está cada vez más maduro, y porque apareció un tal Valentín Barco, que es la explosión, es lo diferente, es la cuota de calidad, es el toque de distinción, y aparte es la efectividad en los pases, en los centros, en las asistencias, inclusive con posibilidades alguna vez de llegar a gol.

Y eso se ve reflejado también en el rendimiento de los dos delanteros, porque los dos delanteros hoy tienen alimentación, hoy los dos delanteros de boca están alimentados por ese medio campo, entonces Merentiel y Cavani, que son dos fieras, que van a todas, van a ser importantes no solamente porque van a hacer goles o porque están para hacer goles, y los van a hacer seguramente en la final, sino porque el Fluminense, que sale de una manera talibanesca desde abajo jugando y arriesgando, inclusive con la pelota circulando cerca de la raya del gol, siempre una o dos veces por partido falla, lo vimos en los partidos que jugó contra River, que arriesga y arriesga de una manera increíble, y con la bestia de Merentiel, y con la bestia de Cavani presionando, y con el Colorado yendo también arriba, seguramente Boca va a pescar ahí y va a tener una chance.

Por eso yo digo que Boca, llega en la cresta de la ola, claro usted me dice, bueno, pero si defensivamente se va a sentir la ausencia de Marcos Rojo, pero recuperamos el nivel de Figal, Fabra está bien físicamente, y para este tipo de partidos finales es importantísimo, y el peruano demostró que tiene agallas para jugar estos partidos, entonces la defensa Boca va a estar bien apuntalada por un arquero en crecimiento, que más allá de los penales tiene unos reflejos de la San Perinola y que le da a Boca y le transmite a todos sus compañeros una seguridad única.

Dejo para el último párrafo a la presencia del Chico Valentini, el partido de su vida, el partido que debe haber soñado en aquellas tardes cuando soñaba ser jugador de Boca, tiene, nos decía Hrabina, nos decía Giunta, nos decía Marcico, nos decía Soñora, todos los tipos que lo conocen de las divisiones inferiores, tiene esa sangre sagrada que tienen los jugadores que nacieron para jugar con el azul y el oro, por eso toda la confianza para el Chico Valentini. Boca y esa multitud del movimiento popular más importante del mundo, Boca llegará a Río, seguramente tomarán Caipirinha, comerán Picanha, danzarán por las playas de Copacabana, de Ipanema, de Tijuca, de Leblón, de Botafogo, el azul y oro brillará fuerte y Río volverá a ser, lo que Bolsonaro no quiso, una ciudachi maravillosa.