A la defensiva por el frío que nos viene castigando, nos abastecimos como de costumbre de nuestras armaduras de lana que finalmente no usamos gracias a la cálida sensación térmica.

Eran las 4 de la tarde y en una de las canchas del Predio, Ibarra con el plantel volvían a verse las caras después de la durísima derrota en La Paternal. Cuando el cuerpo técnico y los jugadores salieron al campo de juego, sorpresivamente irrumpió Riquelme. El Vicepresidente y encargado del fútbol los convocó y pidió la palabra.

Acostumbrados a las turbulencias que Boca viene sufriendo durante las últimas semanas, la presencia de Román habrá obligado a más de uno a creer que necesitarían de una armadura temperamental para sobrellevar la situación. Sin embargo, no existió ningún tipo de reproches ni nada que se le parezca. Mientras el monólogo se direccionaba hacia lo motivacional, los jugadores se iban dando cuenta que no necesitarían ningún tipo de defensa.

El tono y el contenido del mensaje fue tan cálido como la temperatura que gobernaba el día en pleno invierno. Riquelme buscó motivar y tocarles el orgullo a los jugadores en medio de un escenario convulsionado a raíz de la eliminación de la Libertadores y todo lo que se generó a partir de ello. Desde "Son los mejores" hasta "Tengan memoria porque fueron ustedes quienes sacaron adelante la situación en los peores momentos de los ciclos de Russo y de Battaglia", Román trató de que al menos reaccionen desde lo futbolístico.

Es cierto que para que aparezca el equipo, cierto funcionamiento y el convencimiento de una determinada idea de juego no basta con una arenga. Aunque sí puede significar el punto de partida.

Que Román les haya hablado significa que los de arriba creen en ellos. A partir de ahora, será Ibarra el que deba ejecutar un plan que encuentre rápidas soluciones y les brinde herramientas futbolísticas que vayan configurando en los jugadores una clara convicción de lo que se pretende dentro de la cancha.

Las conclusiones que dejaron las salidas de Russo y Battaglia concluyeron que con este plantel Boca debería haber jugado mucho mejor y puertas adentro lo siguen sosteniendo.

Sí Ibarra irrumpe ante San Lorenzo con un cambio de esquema, saca al capitán y sienta en el banco a Zeballos; y al siguiente partido a pesar del bajo rendimiento no hace modificaciones; y tras su primera victoria llamativamente vuelve a cambiar el esquema y los intérpretes...el inicio del ciclo puede generar desde desconcierto hasta interrogantes.

Más allá de la confianza y respaldo de Román hacia el plantel y el cuerpo técnico, Boca debe ofrecer rápidamente una imagen futbolera a la altura del plantel que tiene.

El próximo partido frente a Estudiantes de La Plata nos regalará determinada información para saber si al menos, por ahora, podremos dejar de lado las armaduras y comenzar a disfrutar de las primeras temperaturas agradables de una nueva estación.