Antes que nada, hay que decir el buen resultado en la tierra del buen fútbol, la buena presentación. Está todo abierto para que el martes liquidemos la llave como es nuestro deseo, si nos dejan los amigos de la Conmebol, con el señor Domínguez, que quizás no quiere el cruce con el equipo de sus amores de acá de La Argentina.

Dicho esto, digamos como dice mi amigo Marcelo Lerner, que parece que en la Copa Libertadores hay que ganar por tres goles para estar tranquilos. Anoche, luego de sufrir un penal que no se cobra habitualmente, y que fue directamente cobrado por el simpático Tobar, aparecieron los efluvios que habitualmente llegan en estas instancias de Copa libertadores, con varias jugadas que nos volvieron a perjudicar. Lo que habitualmente nominamos, los que muchas veces transitan las gradas de nuestra querida bombonera, nos volvieron a robar.

La mano del local Méndez, ante un remate de Villa en el área, es un penal tan grande como el estadio de anoche, pero ni la revisaron, por más saraza que digan los audios del VAR. Si la iban a revisar, había que dar la pena máxima. Entonces, al mejor estilo de las novelas brasileñas, se hicieron los distraídos y no le dieron bola.

No fue el único capítulo que omitió la terna encargada de manejar la tecnología: el puñetazo de Cássio a Rojo cuando fue a buscar un cabezazo, fue otra clara jugada de penal. Ni se revisó. Después, Pol Fernández recibió un pisotón cuando estaba en plena ofensiva y conduciendo a Boca, que si eso pasa acá y es al revés, lo expulsan a nuestro jugador, nos cierran y clausuran la cancha por decenas de fechas. Esto entre otras tantas que vimos. Ojo son pequeñas muestras que reafirman que todo sigue igual.

A muchos, Boca el más grande, les molesta. Sabemos que la guita fuerte está en Brasil, y que hay que ayudar a los poderosos los que ponen la mosca. Y además colaborar con el equipo por el cual simpatiza el presi paraguayo, por eso que tenemos que estar atentos a la revancha, abrir el "paragua", controlarlo, porque ayer nos quedó la sensación que todo va por el mismo, que sigue la joda y que nos quieren volver a robar.