Imagínense por unos instantes que los diferentes escenarios que más adelante comenzaré a detallar sucedieran en Boca. ¿Qué trascendencia le darían los medios de comunicación? ¿Cómo impactarían en la sociedad? ¿Cuántos días viviría la noticia en las principales portadas? ¿De qué manera incidiría en el hincha de Boca?.

Independiente tenía todo preparado para irse de pretemporada a Miami, donde iba a jugar 3 partidos amistosos. Sin embargo, a último momento se derrumbó lo planificado y debieron improvisar una nueva hoja de ruta para llevar a cabo la puesta a punto. La justificación viajó desde la estafa hasta la falta de palabra empeñada. Haya sido cual fuere el verdadero motivo, a un club con tanta historia no le pueden suceder este tipo de cosas. Si se habló durante todo un día es mucho. Además de no haber habido responsables públicos juzgados desde los medios. ¿Se imaginan si El Consejo de Fútbol caía en ese cuento del tío?.

En San Lorenzo hubo elecciones y el nuevo gobierno como sucede en cada ámbito dónde se eligen autoridades, sea en política o deporte, renuevan cada uno de los cargos con gente de su confianza, más allá de si se destacaban en la tarea que realizaban. Es una cuestión de confianza, lealtad y que no quedé suelto internamente ningún eslabón que pueda jugar en contra del nuevo oficialismo desde las entrañas. Podemos estar o no de acuerdo con estos procederes, pero pasa siempre. Barrieron con los encargados del área de prensa y con los responsables del fútbol juvenil. Además la nueva dirigencia no pudo retener a su arquero estrella. Seguramente poca responsabilidad han tenido, ya que heredó negociaciones y reglas de juego impuestas por la anterior dirigencia en el vínculo. ¿Recuerdan qué se dijo cuando Ameal en 2020 asumió y renovó a los encargados de las inferiores, el departamento de prensa y no pudo retener a Nahuel Molina, víctima de un contrato y pautas heredadas de la anterior dirigencia?.

Racing volvió a los entrenamientos y su jugador más destacado, por el cual el club hizo un esfuerzo desmedido porque no deje el fútbol cuando lamentablemente sufrió una dura lesión, el primer día no se presentó y no solo eso, sino que tampoco avisó. Es más, imagínense que ese jugador estuviera en pareja con una de las hijas del presidente. Al menos, su comportamiento llamaría la atención. Encima tal decisión llega con el deseo de repente de rescindir el vínculo con el club. En Avellaneda pasaron rápido la hoja. ¿Qué hubiese pasado si en Boca la figura del equipo tiene vínculos cercanos con el presidente, no avisa que no irá a entrenar y encima se quiere ir? Creo que la conclusión qué más hubiera escuchado hubiese apuntado a la dirigencia y no al jugador.

River salvó el año solo por 2 cosas y no me refiero a los 2 títulos, sino a que le ganó los clásicos a Boca y Boca no pudo ganar la Libertadores. Sí es cierto, que los 2 títulos desviaron la atención para que no se hable de un vestuario totalmente roto y que a partir de ahora con la salida de varios referentes pueda llegar a normalizarse. Además, vendió realmente muy barato a quien no solamente es su joya, sino que es la joya que se proyecta a nivel nacional. Si realmente se valorara el rédito que Boca le saco a la venta de Alan Varela, podríamos dejar de escuchar que Boca no vende o vende mal. De River se habla y se seguirá hablando solo de los últimos títulos.

Vaya si han pasado cosas en los clubes con mayor historia en el fútbol argentino. Sin embargo, siempre se habla del único grande. Hoy los únicos temas son que Boca se perdió de contratar a un jugador que no fue a buscar y que le había prometido a los dirigentes del club que quería volver a jugar en Boca. A último momento se inclinó por el club donde nació e increíblemente quedó Boca como responsable, no el jugador que utilizó a Boca como vidriera para acercarse quizás a su verdadero y único deseo.

El otro tema del verano lo protagoniza una de los juveniles con mayor proyección que tiene Boca. El mismo jugador que hace 2 años ya sabía que se quería y se iba a ir pronto, de lo contrario no hubiera utilizado de rehén a Boca obligándolo a que le firmara tan solo por un año y que no le eleven una cláusula que ya en ese momento era y es una risa. En aquel entonces Boca debío hacer lo que quería el jugador antes que perderlo.

Este tema sí es largo y para debatir. Antes los jugadores soñaban con ganar títulos e internacionales sobre todo y después despegar hacia Europa. Hoy en día el sueño se abarató. Sólo con jugar en Boca basta, alcanza y sobra. El único título que al parecer importa es el que te define como la promesa, la joyita o el crack sin siquiera haber superado los cien partidos en primera y en algunos casos sin haber demostrado mucho tampoco.