Similar a este 2022: recién arrancó el campeonato y en la fecha cuatro ya tuvo un clásico por delante. Esta vez, fue San Lorenzo, también en condición de visitante. Un 4 de marzo, del 2012, el Xeneize sacó la chapa de campeón y se quedó con el clásico.

Luego del título por el Apertura, de la mano de Falcioni y un invicto para toda la historia, los de Azul y Oro dieron los primeros pasos en el certamen local por la misma senda. Fue al Nuevo Gasómetro sin conocer la derrota: venció a Olimpo, empató con Unión y derrotó a Newells. Para el clásico, el Emperador dispuso de Orión; Sosa, Caruzzo, Insaurralde, Roncaglia; Ledesma, Somoza, Sánchez Miño, Chávez; Cvitanich y Silva.

Los de Boedo, como cada vez que enfrentan a Boca, se dejaron la piel. Fue un partido trabado y sobre todo el primer tiempo, que se fueron al descanso igualados en el marcador. En la segunda parte, casi a la hora de juego, el Xeneize robó en campo propio del Ciclón, condujo Sánchez Miño, que engaño con un pase, pero remató fuerte abajo y cruzado. Y de esa manera abrió el marcador.

Tras el 1 a 0, el local trató de salir adelante y lograr un empate. Pero no pudo ante el firme y sólido Boca, que hacía 35 partidos que no perdía. Los dirigidos por Julio César, manejaron bien los tiempos y las formas. No se desesperaron; o por lo contrario, jugaron con la impotencia de San Lorenzo.

En un contraatque, Boca aprovechó lo mal parado que quedó el fondo Azulgrana. 4 delanteros contra 3 defensores. Rivero desde la derecha centró para la llegada de Mouche por el otro costado. Eludió una, dos, hasta tres veces al arquero, con amagues de remate, hasta que sacó un derechazo fuerte arriba y puso cifras finales: 2 a 0, en el Nuevo Gasómetro.