Hay jugadores que por algún momento o razón particular dejan su huella en el hincha pese a no convertirse en un ídolo de la institución como lo son Riquelme o Palermo. Este es el caso de Matías Donnet. Jugador que siempre será querido y recordado por todos los bosteros, gracias a su gol frente al Milán en la Intercontinental de 2003.

Aquel histórico gol sirvió para empatar esa final ante un equipo lleno de leyendas como Maldini, Kaká, Pirlo, entre tantos otros. Un equipo para los anales del futbol, pero que cayó en los penales ante otro para los libros de historia, el Boca de Bianchi.

El mediocampista arribó al xeneize en 2002, desde el Venezia de Italia, quién lo adquirió por sus grandes rendimientos en Unión de Santa fe, club que lo vio nacer. Con la azul y oro ganó cuatro títulos y disputó 88 partidos en los que marcó doce goles, el más importante lógicamente siendo el mencionado anteriormente. Tal fue su rendimiento en la final intercontinental que se le otorgó el premio a mejor jugador de la final, por encima de todas las demás leyendas.

Curiosamente su último partido nunca llegó a su fin. Ya que, por la última fecha del clausura 2005, Boca visitó a Almagro y el partido fue suspendido a los 20' del segundo tiempo por incidentes en las tribunas de ambas parcialidades. El partido nunca se reanudó y se les dio por perdido a ambos.