Sábado de regreso a una Bombonera llena y renovada. El reencuentro de la gente con el equipo en casa. Y enfrente, al menos en la previa, el rival más difícil en lo que va de la Copa de la Liga, Defensa y Justicia.

Diego Martinez apostó por repetir el equipo que arrancó en Victoria ante Tigre y que consiguió los primeros 3 puntos del campeonato. Darle continuidad, generar confianza y levantar el rendimiento tanto en el lo individual como en lo colectivo

Le costó a Boca en el arranque. Sin pasarla mal, se encontró con un rival que salió a ser protagonista, que le manejó la pelota sin hacer daño. Se sabía que Defensa es un equipo consolidado, trabajado. Un rival con otra postura, con otro funcionamiento.

Boca fue de menor a mayor. Sin juego ni claridad, pero con aproximaciones, con centros. A veces con ver a Martinez en el banco alcanza para saber cómo esta jugando Boca. Intenso, moviéndose de un lado a otro, dando indicaciones todo el tiempo. Asi vive el entrenador los partidos. Esta claro que Boca todavía es un equipo en formación.

En el segundo tiempo el Xeneize salió mas decidido, tuvo un par de llegadas pero todo fue desde el empuje, de atropellada. No le alcanzó. Es un equipo con los problemas de hace tiempo. Sin juego asociado, sin alguien que cambie el ritmo, que desequilibre. Es un empate que desde lo futbolístico resta, que no deja nada positivo.