"Como no somos los únicos, decidimos ser los mejores", es uno de los tantos trapos que podemos ver habitualmente en nuestra tribuna, dando un paño de pura realidad. El Rojo siempre nos tendrá la envidia que la mitad menos uno del país nos tiene, nos tirará la séptima por encima de las seis Libertadores que tenemos, pero la realidad, que el grande verdadero ya sabemos quién es.

No hay grandeza que se pueda comparar, contra las tribunas llenas y vacías; contra años de pelear entre los mejores y años de ausencia local e internacional; con amor propio y ADN Bostero ante elecciones anticipadas; con recorrer el mundo, a que recorrer el país en la B Nacional. Sí es cierto, que cuando corre la pelota, son solo 90' que separa a todo del resto; y aunque - claro está - la diferencia en el historial es a nuestro favor, hay dos versiones para analizar: el vaso medio lleno o medio vacío.

No solo son más títulos (72 contra 45), sino que llevamos ventajas en los partidos. El historial entre sí es de 79 partidos ganados a favor de Boca contra 75. Sin embargo, de los últimos 15 puntos en juego que se disputaron, el Xeneize solo sacó 6, producto de una victoria y tres empates. Es solo una derrota, pero en un partido donde los puntos son trascendentales para campeonar, es importante. ¿Es preocupante? Depende...

Depende porque si miramos el vaso medio lleno, hay que contar que, de esos cinco partidos mencionados, uno solo fue en la Bombonera. Y si nos remontamos a los últimos partidos en el Templo Mundial, Independiente no gana desde 2012, en aquel recordado 4-5 a favor del Rojo en el último minuto. Desde entonces, se jugaron cinco partidos más en la Ribera, donde tres fueron victorias y dos empates. ¿Será motivo auspicioso para no caer el domingo con nuestra gente y levantar un nuevo título?