Bajo siete llaves, el Consejo de Fútbol y Román guardaron la negociación con Sergio Romero. Fue tan inesperado como sorpresivo: el arco que todo el pueblo alabó en julio de 2014, se convirtió en refuerzo de Boca. ¿Su contratación? Por el no acuerdo entre Rossi y la dirigencia Xeneize, pero eso es un caso aparte.

Desde que llegó, se mostró a voluntad de estar a disposición, aunque claramente empezó con una minipretemporada, para ponerse a tono. La breve puesta a punto llegó a su fin y en sus propias redes sociales avisó: "¡trabajando, falta menos!". Sin embargo, desde el cuerpo técnico mantienen la cautela.

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El cada vez mejor presente de Agustín Rossi puso paños fríos a un apresurado debut. En la cabeza de algunos integrantes de Boca ya hubieran imaginado su estreno con la Azul y Oro por Copa Argentina o en sus posteriores partidos. No solo que el arquero Xeneize se ganó más de una vez la ovación de toda la Bombonera, sino que Sergio Romero no fue ni convocado por Ibarra en ningún partido.

Pasó un mes desde su arribo a la Ribera, a donde llegó con la idea de demostrar por qué es un arquero grande y que puede estar hecho para un grande como Boca. En el 2023 su participación como titular sería desde fluida hasta podría ser inamovible, pero mientras tanto, es una larga espera...