Martín Arévalo - Opinión
El Bosque se preparaba para una fiesta. Jugaban Gimnasia y Boca en un partido que podía valer un campeonato... Sin embargo, todo se convirtió en casi una guerra. Hoy estamos lamentando la muerte de un hincha de gimnasia.
Por: Martín Arévalo
7 de octubre de 2022
El Bosque se preparaba para una fiesta. Jugaban Gimnasia y
Boca en un partido que podía valer un campeonato... Sin embargo, todo se
convirtió en un caos. De tal naturaleza, que puedo asegurar que jamás viví una
cosa semejante en una cancha. En una de las casas de Diego, donde el dejó parte
de su corazón, la pelota se manchó. Otra vez se manchó.
Corrían los primeros minutos de partido. Aún había rastro del humo de colores en el aire. El humo que se tiró en la previa tras la salida de los equipos. De repente, desde las cabinas se empiezan a sentir tiros. 1, 2, 3, 5, 10, 15... Ya era un aviso elocuente de que algo pasaba.
Espontáneamente, detrás del banco de Boca se veía que había
algunas personas desesperadas por entrar. Parecía que querían entrar. Sin
embargo, a los pocos minutos y tras mirar por las ventanas que daban al Bosque,
observamos que no querían entrar sino escaparse hacia algún lugar de lo que
empezaba a pasar. Y lo que había empezado a pasar hacía rato es que seguían las
detonaciones y el aire se empezaba a contaminar severamente por los gases
lacrimógenos.
Acto seguido, los bancos de Gimnasia y Boca le gritan a Mastrángelo que no se podía respirar. Van hacia los vestuarios y empieza el verdadero caos. Una especie de guerra en medio de un partido de fútbol. Una guerra en donde había gente armada, la policía, y gente indefensa, los hinchas.
Corridas. Gritos. Desesperación de todos. Sí, de todos los
que ayer estaban en el bosque. Los jugadores estaban en el vestuario
resguardados. Ya sin peligro. Sin embargo, el empezamos a ver cómo los mismos
futbolistas con la indumentaria de juego se empezaron a mezclar con los hinchas
en las plateas, las cabinas de prensa, y cada rincón del estadio. ¿El motivo?
Sencillo: querían buscar a sus familiares que habían ido a la cancha a verlos
jugar.
A esa altura, el campo terminaba siendo el lugar elegido porque justamente al estar protegido por las paredes enormes de las plateas, era el sitio en donde menos se sentía el gas lacrimógeno. Niños buscando a sus padres. Y padres desencajados buscando a sus hijos. Personas mayores envueltas en bufandas, pañuelos y sacos que de alguna manera atenuaban los efectos de los gases. Gente tirada en las escaleras del estadio. Vomitando por la descompostura que producían los gases.
En medio del caos, nadie sabe cómo reaccionar. En realidad,
todos se querían ir a sus casas. Pero irse a sus casas significaba atravesar el
bosque. Ese bosque, que casi no se veía por los gases. Ese bosque en el que
seguían sonando las detonaciones.
El caos siguió subiendo su graduación. Cada vez había más
desesperación. Avalanchas en las escaleras. Y los rumores más tristes que ya
empezaban a tomar fuerza. El campo ya tenía la misma cantidad de gente que
normalmente va a un recital. Muchas personas mojándose la cara con el agua de
las botellitas que aparecían como cuasi salvadoras. Y pidiendo médicos para que
socorrieran a algunos que estaban tirados en el piso... Cada vez había más ruidos
a balas. Más gas en el aire. Y se hacía imposible respirar...
Desde las 21 en adelante, diría hasta las 22.40, no había ni señal de telefonía, por la cantidad de gente, ni de wifi. Porque a esta altura, en Argentina, hay estadios de Primera División que no tienen wifi (algo difícil de creer).
Hoy no era la cobertura de un partido: La imagen era la de
una tragedia o una película en donde se vive un terremoto o un tsunami. Cada
uno desesperado por buscar a sus seres queridos y aferrándose al único lugar de
seguridad. En medio de ese escenario se daba el mismo que en La Plata: la gente
no tenía ni siquiera la posibilidad de comunicarse con sus seres queridos
porque no había ni señal ni wifi.
Vinimos a ver un partido de fútbol. No hubo nada más alejado
a un deporte. Para cerrar la noche, la peor de las noticias: una persona fallecida
por un ataque al corazón. Se fue una noche negra, triste, de esas que te alejan
de las canchas. De esas que alejan a las familias para siempre. Se fue una de
esas noches en las que jamás vamos a olvidar.
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