Normalmente, si vas a 160 km/hs en la banquina lo más probable es que choques. Pero el fútbol es tan particular, que incluso yendo a alta velocidad por un lugar ajeno a que se pise el acelerador, quizá tenes suerte de llegar. Porque muchas veces los resultados tapan parte de lo que está pasando. Porque a todos les importa ganar. Y cuando se gana nadie analiza lo qué pasó. En cambio, las derrotas se analizan de principio a fin.

Hoy está claro que Boca jugó un partido malísimo con San Lorenzo. Y así lo perdió, por 2-1 pero también pudo ser 3-1, si el VAR no anulaba el segundo gol del local por falta a Varela. Y si en lugar del resultado nos preguntamos: ¿Boca estaba en condiciones de hacer un buen partido con la semana de furia que se vivió?

Algunos creen que el fútbol es el fin de semana. La gran mayoría creemos que es un trabajo, que termina en el partido y listo. Pero que todo lo que se vive antes, incide en lo que luego se ve en una cancha. Repasemos:

Lunes: el plantel le avisó a Battaglia que no iba a concentrarse por promesas incumplidas. Después de un llamado del Consejo de Fútbol, se acordó una reunión en el hotel. Volaron chispas entre los referentes, Riquelme y el Consejo.

Martes: "el ayer nos trataron de perdedores", de Pipa Benedetto y un claro mensaje con destinatario evidente. Luego, la derrota en la Libertadores.

Miércoles: práctica por la tarde con Battaglia en el predio y el juramento para ganar el torneo de parte de los futbolistas y el DT. Ratito más tarde, Sebastián fue llamado a una reunión a una YPF de Nordelta. Bermúdez y Delgado le dijeron que se terminaba su ciclo.

Jueves: Battaglia va a despedirse, habla con los medios y confirma que fue echado. Asume Ibarra como nuevo DT.

Viernes: En la previa del partido con San Lorenzo, le ordenan a Ibarra sacar a Izquierdoz, en represalia a la charla fuerte de la reunión del lunes. El DT hace caso a la orden. Lo ve todo el plantel, nadie lo puede creer. Sacaban al capitán, justo al ejemplo del grupo.

Sabado: En la previa, declaraciones inconsistentes de Bermúdez, gol de Marcos Rojo, que se sacó la cinta de capitán, le dio un beso y fue a abrazar al crucificado de la semana, bajo la atenta mirada de Herron. Un claro mensaje a los que decidieron mal. Un Topo Gigio sin las manos en las orejas. Pero un Topo Gigio al fin, como muestra de que vale la pena luchar o no ser cómplice en las injusticias.

Luego perdió Boca. Y el DT pidió autorización para hablar. Sí para hablar. Le dijeron que No. Ahora vuelvo a la pregunta inicial, ¿causa o consecuencia? ¿Alguien cree que después de esta semana, se puede salir a competir normalmente? ¿Puede haber algún jugador que confíe en un nuevo entrenador que lo primero que hace es cumplir con un pedido injusto? Battaglia tuvo el respaldo del plantel cuando sacó a Almendra. Y los futbolistas se pusieron de lado del entrenador cuando desde arriba pedían la vuelta del talentoso volante. Ibarra hizo todo lo contrario a Battaglia. Dijo que sí. Y los jugadores lo vieron. Y cómo no pueden oponerse porque son jugadores, solamente jugadores, Rojo, hizo un gesto que representó al resto.

Y así se fue la semana de Boca, con un partido espantoso. Fue una semana dolorosa para el hincha. Sin discusión alguna, Boca jugó muy mal. Ahora, vuelvo a hacer la misma pregunta por última vez, ¿había condiciones para abstraerse o fue tan furiosa la semana que era imposible? Para trabajar bien ¡se necesita paz!. La necesita Boca. Y la desea el hincha.