Con la casaca amarilla, Boca salió al campo de juego, ante todo el público Millonario. Una vez más, de visitante, los de Battaglia tenían una dura prueba. En un Monumental que se llenó pero no generó miedo, con tribunas semi-calladas, el Xeneize fue de más a menos. ......

Lo curioso fue la forma en la que se plantó Boca. Dejó jugar, no puso piernas por demás fuertes, no tuvo ideas y no tuvo acciones ofensivas. Solo miró como jugó River, que dominó y lentamente fue creciendo. Tuvo un mano a mano Álvarez pero Rossi contuvo bien con su pie derecho.

Pol Fernández quedó inactivo por la marca personal de Barco. Villa los tres pelotazos que le lanzaron, estaba en posición adelantada. Molinas quedó lejos de todas las jugadas. Y Benedetto no tuvo contacto con la pelota, que tuve que retirarse en el entretiempo, por líneas de fiebre, según comentaron en la transmisión de TNT Sports.

El ánimo en el comienzo del segundo tiempo, con Vázquez por Pipa y Figal por Advincula - amonestado y sobre la cornisa - fue diferente. El Xeneize entró más enchufado, como debió ser del minuto cero. Por lo contrario, los de blanco y rojo, que se desorientaron con el comienzo del propio Boca.

Y el fútbol tiene millones de variantes, que hacen que un partido pueda ser bueno o no. Y una mínima desconcentración quebró totalmente el partido. Desde un lateral, aguantó Vázquez, que la tiró a la corrida de Villa. Pareció jugada terminada, menos para Sebastián, que siguió en búsqueda de la pelota, fue más rápido que un lento Armani, se anticipó y marco el glorioso 1 a 0.

¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLAZO DE #BOCA, LO HIZO SEBASTIÁN VILLA!????#VamosBoca pic.twitter.com/SYAeSvog7T

— Boca Jrs. Gol ? (@BocaJrsGol) March 20, 2022

Un grito inmenso, desde el banco de suplentes, hasta los propios jugadores. Los de Brandsen 805 despertaron. Entró Óscar que ayudó a enlazar las líneas de juego. Solo dudas pasaron por los de Nuñez, que más que algún remate de lejos, no consiguieron. Empujaron y empujaron, pero Boca contuvo y asimismo apuró.

Tuvo cerca de aumentar la ventaja en dos ocasiones. Un desborde, a su estilo, de Fabra, con un centro pinchado al segundo palo, que termina errando Romero, al intentar una tijera. Minutos después, pase filtrado a Ramírez, que enganchó remato con su pie inhábil, Armani la dejó muerta en el segundo palo y por poco Óscar no la mandó al fondo de la red.

Con los minutos cada más sobre el final, Boca volvió a tomar la postura completa de aguantar. Dejó de presionar alto y soñó solo con algún contraataque. River pobló el área de Rossi, que se convirtió, una vez más, en figura estelar. Hasta le sacó el grito a más de uno en el Monumental, cuando desde un pelotazo de Díaz, llegó solo Palavecino, que cabeceó por arriba de Agustín, y con la extensión de sus dedos - y muchísimo suspenso - logró mandarla al córner.

ROSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII ???? pic.twitter.com/CExOvydvRh

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El partido se terminó jugando como un clásico. ¡Un superclásico! Mucha pasión y poca idea de claridad. Mucho sufrimiento. Pumba para arriba. Rebotes. Cómo sea. Así terminó Boca. Solo concentrado en que no le empaten porque ni siquiera discutió los cinco minutos que adicionó Herrera. Boca terminó a lo Boca. Y se quedó con los tres puntos en el Monumental, ante todos ellos, ante cualquier pronóstico. Villa se escapó y se quedó con el superclásico ante River.