Mostrando una convincente actuación, Boca se recuperó rápidamente de la dura derrota sufrida frente a Argentinos Juniors en la Paternal y venció sin dejar ningún tipo de dudas por 3-1 a Estudiantes de la Plata. Esta vez, Hugo Benjamín Ibarra apostó con el dibujo táctico y la distribución de los futbolistas en el campo de juego, por emular lo que tan buenos resultados, sobretodo en el últimos tiempos, le había dado a su antecesor Sebastián Battaglia; 4-3-3 bien definido, ahora con Óscar Romero arrancando desde una posición de extremo sobre la banda derecha y teniendo en cuenta la presencia de Luis Vázquez como centrodelantero ante la baja por lesión del goleador Darío Benedetto.

Desde el comienzo mismo del encuentro, el equipo Xeneize se mostró agresivo, asumió el protagonismo del partido y mostró una versión claramente superior a la que había mostrado hasta aquí desde que se oficializó en cambio de entrenador. Para profundizar la idea que esta noche se estaba observando otro Boca, en el minuto 10, tras una recuperación a puro coraje del balón por parte de Luis Vázquez, un buen centro de Villa y una espectacular definición de Pol Fernández, el equipo local abrió el marcador y selló de esta manera su superioridad en el juego.

Con Alan Varela como figura estelar manejando los hilos del equipo desde la mitad de la cancha, ya en el segundo tiempo, el equipo de Ibarra continuó ejerciendo una visible superioridad sobre su rival y fue Marcos Rojo, estableciendo una vez más la eficacia de la ley del ex, quien con un tremendo remate que se coló en el ángulo del arco que defendía Mariano Andújar decretó el 2-0 parcial.

Desde ese momento y con la ventaja establecida en el resultado, el conjunto Xeneize retrocedió unos metros en el campo y dejó salir a Estudiantes para liquidarlo de contragolpe. Así fue como en el minuto 22, un contragolpe perfecto comandado por Óscar Romero y definido de muy buena manera por Sebastián Villa selló el 3-0 en favor del equipo local.

Como no podía ser de otra manera, el Pincha se doblegó en función ofensiva a partir de ese momento y obteniendo el mayor rédito de una pelota parada que contó con la suma de tres cabezazos dentro del área de Agustín Rossi, fue el paraguayo Morel quien estableció el descuento y marcó el definitivo 3-1.

Un rato del Chango Zeballos para darle cierto rodaje a la mejor carta que hoy le queda a Boca en el banco, alguna atajada perdida de Rossi y sobretodo, los aplausos de la gente, le dieron el marco adecuado a la finalización de una noche donde por primera vez, el conjunto de Ibarra no dejó ningún tipo de dudas y en La Bombonera, quedó la sensación que una noche, volvió el campeón vigente del fútbol argentino.